La época que estamos viviendo actualmente es una que requiere el mayor de los cuidados al momento de salir de casa, cuando debemos asistir al trabajo o también cuando debemos preparar las compras para el hogar. Estamos continuamente expuestos a que no solo el SARS-CoV-2 pueda causarnos la terrible enfermedad por coronavirus, sino a otros microorganismos patógenos capaces de causar enfermedades menos letales, pero que podrían hacernos pasar un mal rato.
Es por este motivo que es cada vez más seguido el uso de un aditivo antibacteriano, capaz de protegernos contra todos esos organismos vivos que son invisibles al ojo humano, pero cuyas consecuencias pueden llegar a ser graves.
A lo largo de este artículo, te explicaremos a detalle como funciona un aditivo antibacteriano, como también en las dos formas en las que se clasifican para que de esta manera puedas adquirir el que se ajusta a tus necesidades primordiales, en la presentación que creas conveniente.
Formas de presentación de un aditivo antibacteriano
Los aditivos antibacterianos pueden ser incluidos al momento de la fabricación de diversos tipos de materiales, como por ejemplo baldosas, en polímeros de todo tipo, e incluso en materiales textiles de cualquier tipo, desde el más básico como el algodón hasta uno que requiera más trabajo, como nylon o poliéster.
Al aplicar un aditivo antibacteriano, estamos añadiendo a nuestros materiales una protección contra bacterias, inhibiendo su crecimiento y proliferación, como también evitando que se generen malos olores o cualquier tipo de contaminación por hongos y bacterias.
Y lo que es más importante: cuando utilizamos este tipo de materiales, poseemos una capa protectora que actúa frente a lo antes mencionado, y dónde se hace particular mención de que también es antivirica, por lo cual garantiza el correcto desinfectado de nuestras prendas o calzados.
Al ser añadido en los diferentes tipos de productos, tienen la funcionalidad de evitar el crecimiento de las moléculas patógenas, actuando específicamente sobre la pared celular; también puede actuar sobre la membrana para que las mismas sean permeables, es decir, susceptibles a los componentes del líquido, cómo pueden ser la plata o el cobre.
Clasificación de los aditivos antibacterianos y recomendaciones
Los aditivos antibacterianos se pueden clasificar en dos tipos, que son los orgánicos y los inorgánicos, siendo los de mayor uso los que están basados en cobre y plata, ya que por las propiedades altamente estudiadas desde épocas antiguas, se han demostrado su eficacia al momento de eliminar bacterias y hongos.
A su vez, los inorgánicos, son aquellos como la lejía y el alcohol, son más efectivos a nivel de lo que es limpiezas de superficies que no corran el riesgo de mancharse, o decolorarse en el caso de las telas, ya que los productos químicos que los componen son sumamente agresivos.
También existe una forma biodegradable y sumamente ‘eco-friendly’ de desinfección, que es mediante el uso de un producto llamado Sanitox, ideal para cualquier superficie ya que no mancha o decolora, como también es altamente recomendado para limpiar y desinfectar alimentos.
Con respecto al proceso de desinfección de frutas y verduras, primeramente debes lavarlas para eliminar cualquier rastro de suciedad o polvo, y una vez realizado, en un envase colocar las mismas con dos litros de agua, a la cual se le agregara solamente una onza de Sanitox. Este proceso debe durar para hacer efecto solo cinco minutos, y una vez realizado, puede procederse a guardar los alimentos en el refrigerador.
Es importante que al momento de adquirir cualquier producto de los que hemos hecho mención anteriormente, se lean las etiquetas donde aparecen las instrucciones, como también que contengan los certificados necesarios para poder hacer de su uso la manera adecuada en todo momento, sin causar daños al medio ambiente y tampoco atentar contra la salud pública, ya que existen algunas mezclas que son incompatibles y pueden generar reacciones alérgicas, como por ejemplo si mezclamos el Sanitox con lejía para limpiar superficies, podemos crear gases de cloro, lo cual puede generar una irritación en las vías respiratorias. De esta manera, reiteramos nuestro compromiso con la salud de todos y recomendamos, en primer lugar, utilizar productos ecológicos, y leer las recomendaciones de cómo utilizar los productos que adquirimos para evitar la proliferación de bacterias.