La mente humana puede ser engañada por muchas cosas. Los mitos, la intuición, los médiums, la clarividencia, la brujería, la astrología y otras ideas semejantes forman parte del panorama. Pero no son las únicas cosas por las que podemos ser engañados. Cuando caemos en la trampa de creer que algo es verdadero para nosotros por pura fe o sin pruebas en lugar de por la realidad o la razón, hay una mala noticia: en realidad estamos cayendo en una falsa espiritualidad. ¿Espiritualidad falsa? ¿Qué es? Es cuando crees que todo lo que lees sobre ti, tus amigos y cualquier persona que conozcas es un mensaje de lo alto (o al menos de alguien que sabe de lo que habla). Este tipo de engaños lo lleva haciendo la gente desde hace miles de años. Entonces, ¿cuál es el problema? Tiene sentido que algunas personas caigan en esta trampa y otras no, y precisamente por eso es tan importante reconocerlo cuanto antes.
¿Qué es la falsa espiritualidad?
En sus aspectos más básicos, la falsa espiritualidad es la creencia de que todas las religiones son verdaderas o que todos los hechos son verdaderos. Es una forma de razonamiento falaz, que en su mayor parte se tiene en baja estima en la psicología moderna.
La idea básica de la falsa espiritualidad es que todos somos “neuronas espejo”. Es decir, nuestros cerebros tienen receptores para diferentes longitudes de onda de la luz y cada uno de nosotros es “minado” por diferentes longitudes de onda de la luz y tiene “neuronas” que se disparan en función de la información que estamos procesando. Por lo tanto, cuando conocemos a un desconocido, o escuchamos una voz, o vemos una imagen, cada uno de nosotros es “recompensado” con diferentes longitudes de onda de luz que disparamos en nuestro cerebro, y viceversa. Si te quedas fuera de una habitación mientras alguien te habla, y luego pulsas cualquier botón (suena bien, ¿verdad?), probablemente recibirás diferentes longitudes de onda de luz que te “recompensarán” y harán que se disparen diferentes neuronas en tu cerebro. Esto es lo que llamamosPINENTING (recompensar a las neuronas equivocadas) y es una “exención” bastante pequeña del problema mayor del engaño.
Cómo salir de él
Hay 3 maneras de salir de la falsa espiritualidad:
- Podemos hacer preguntas. Esto puede ser cualquier cosa, desde lo que está ocurriendo en el ahora hasta lo que queremos que ocurra en el futuro.
- Podemos meditar. Esto puede ser cualquier cosa, desde mirar lo que está sucediendo en el aquí y ahora hasta cómo necesitamos cambiar.
- Podemos hablar con un consejero espiritual (puede ser cualquier persona cualificada, pero debe ser alguien en quien confíes y que sea competente). Puede ser cualquier profesión que ofrezca la opción de hablar con un alma cualificada. Esto ha ocurrido en la sanación, el asesoramiento y los negocios, y ha reducido drásticamente el número de falsas espiritualidades (al menos en mi experiencia al tratar de recuperar a tu ex).
- Podemos utilizar el pensamiento creativo. Esto puede ser cualquier cosa, desde simplemente mirar lo que está sucediendo en el ahora hasta imaginar lo que podría ser útil.
Qué hacer al respecto
Hay tres maneras de salir de ello:
- Presta atención a lo que sientes y piensas. Si notas algo que parece estar fuera de lugar, o si tienes problemas con un acontecimiento pasado, piensa en ello (o al menos pregunta) y ve si hay una solución que pueda ser posible.
- Crea una nueva identidad. Puede tratarse de cualquier cosa, desde una nueva trayectoria profesional hasta una nueva casa o coche. Puede ser necesario encontrar un nuevo nombre para tu blog o utilizar un nuevo sitio web.
- Consigue un mentor o entrenador. Esto puede ser cualquier profesión que te guste, o una que hayas querido buscar pero no hayas tenido la oportunidad. Puede ser que necesites ayuda con tus finanzas, un problema con tu trabajo o simplemente quieras un hombro en el que llorar, así como un hombro en el que apoyarte en momentos de necesidad.
Conclusión
Por desgracia, hay mucha gente por ahí que aún no está preparada para separar el trigo de la paja. Algunos caemos en la trampa de creer que todo es “bueno” y que todo lo que nos llega será bien recibido. Sin embargo, cuando nos acercamos al mundo con la mente abierta, vemos la belleza y los escollos de la vida cotidiana, y estamos dispuestos a aprovechar al máximo nuestras oportunidades.
Teniendo esto en cuenta, es hora de abrir los ojos a la luz y entrar en razón. No podemos ser “todo” buenos todo el tiempo, así que ¿qué tal si compartimos el lado bueno a veces y el lado malo otras? Entonces, ¿a qué esperamos?